Ya sabéis que me vuelven loca las espinacas. Lo mismo me da ponerlas en ensalada que meterlas dentro de la tortilla francesa y si son brotes me gustan todavía más. Cierto es que donde más las uso es en mis ensaladas y, normalmente, las mezclo con otras lechugas para tener más variedad, pero las ensaladas sólo con espinacas son una delicia perfecta para acompañar al plato principal.

Esta ensalada la preparé, fundamentalmente, porque se me estaban estropeando las fresas en la nevera y les tenía que dar salida. Así que la mitad fueron a parar a la ensalada y la otra mitad al yogur que me tomé de postre.

A mi me gusta bastante añadirle unas nueces porque son muy ricas en grasas saludables que te van a ayudar a sentirte saciado y, no vamos a engañarnos, porque me encantan. Si las nueces no os acaban de convencer os animo a probar con otros frutos secos, yo no le haría ascos a ninguno.